
El aire se asocia con 3 factores, el hálito vital creador, y en consecuencia la palabra: el viento de la tempestad, ligado en muchas mitologías a la idea de la creación; y el espacio como ámbito de movimiento y de producción de procesos vitales.
La luz, el vuelo, la ligereza, el perfume o el olor están en conexión con el simbolismo general del aire.

Se habla de viento cuando el aire deja su aspecto positivo y se convierte en activo y violento. Se le considera como el primer elemento, por su asimilación al soplo del creador; el viento origina el huracán que es la síntesis y conjunción de los cuatro elementos. Los vientos se ordenaron junto a los puntos cardinales (norte, sur, este y oeste), en relación a la intensidad media del viento en diferentes sectores en los que divide el círculo del horizonte.